
Así es como se combate el estrés posvacacional
Alguien decía por algún lugar que «viajar es descubrirse a uno mismo«. Supongo que es porque nos sentimos tan bien cuando viajamos que luego nos cuesta volver a la rutina. Pero, ¡ay! Ya nos encontramos en ese vértice lunar en el que faltan… erm… tres días para que los niños empiecen de nuevo el colegio (en algunos países ya lo han comenzado) y toda la sociedad vaya detrás, de vuelta de la playa a la ciudad (siempre me ha impresionado cómo lo de la vuelta al cole condiciona a una sociedad entera). Volvemos a nuestra ciudad, a nuestra casa, al ordenador, a las prisas por llegar pronto…
Vuelve el curso y con él, los síndromes posvacacionales esos. Nos negamos a perder los momentos de desayunitos tranquilos al sol por las mañanas. Pero, ¡eh! No tenemos por qué abandonarlos, no tan rápido al menos. El resto del año también está lleno de momentos y de mañanas en las que nos apetece volver a sentirnos tan especiales como nos sentimos en las vacaciones. Nos encantaría por un momento volver a sentirnos como reyes en nuestro palacio, sin preocupaciones. Y la música nos puede ayudar. De hecho es casi lo único que, cerrando los ojos, podrá llevarnos inmediatamente a desconectar un rato y creer que estamos en Versalles.